De mañana estás siempre más irritable. Cuando tenés alergia te tocás la nariz. Cuando sonerís mirás para abajo. Cuando en un grupo de gente estás contando una anécdota me mirás solamente a mí. De nuestro siempre es que quieras hablar hasta quedarnos dormidos y que si no te abrazo me pidas que te abrace. Que a veces llegues a tu cama después que yo es un bastante nuevo, y a veces sin querer decirle «nuestra» es tan nuevo que todavía ni existe, aunque un poco sí, porque a quién le importa de quién sea la cama, lo que importa es con quién se comparta.
De siempre son los besos y las caricias y los abrazos porque sí en el medio del living. De siempre es abrazarte mientras te cepillás los dientes y de siempre es que me mires y me digas un poco con los ojos pero mucho más con palabras lo que estás sintiendo. Aprendo de vos todos los días. De siempre es sentarnos en el sillón agarrados de la mano y de siempre supersiempre es tener a molleja ronroneando entre nosotros y nuevo es que me ames.